martes



Por aquel verano el chico de estas zapatillas trabajaba en el museo de ciencias de la ciudad. Comimos pipas y empañamos coches. Decidí desaparecer. Era el típico hombre predecible, de estos que saben cuatro trucos baratos para conquistar a las mujeres. Con todos los dedos no alcanzarías a contar todas las chicas que habían estado bajo sus sábanas. Mujeres increíble y sospechosamente bellas. Dejó de impresionarme cuando ya no me alimentaba. Cuando las cosas que me contó para conquistarme las usaba con otras. Solo quería lo mejor de él para convertirme en alguien mejor. Aún así le escribí una carta, seguramente la puta de su madre la leyó y la escondió porque no hubo respuesta. Me lo encontré en un bar años después. La chica sentada a su lado tenía un perfecto inglés pero nada de estilo. La vida va cerrando círculos. Y allí estaba la foto de Elvis mal enmarcada para darse cuenta de todo; Qué la vida es pura perversión. 


Buffalo Springfield – For What It's Worth

2 comentarios:

sara álvarez gómez dijo...

wou.

A. dijo...

Dios, la frase "Solo quería lo mejor de él para convertirme en alguien mejor." y lo que sigue, me ha clavado en lo más hondo de mi biografía y tendencia.